NICOLAS BOUVIER / BOUVIER, NICOLAS
En 1955 Japón ha dejado atrás los efectos de la derrota en la
guerra, pero sigue siendo un país ensimismado, rural y
receloso de lo extranjero. Como apunta su biógrafo,
François Laut, Nicolas Bouvier será uno de los últimos
occidentales en vagabundear por este Japón que causaba la
admiración de los viajeros del XIX con sus bahías
encantadas, sus lagunas, sus montañas, sus desfiladeros, sus
arrozales y sus bosques de cedros. Como su admirado
Basho, el suizo también quiere recorrerlo a pie, y así lo hace
en algunos tramos.
Japón será su fin de viaje, en esa larga travesía emprendida
dos años antes desde Yugoslavia con su gran amigo el
dibujante Thierry Vernet. Desembarca en Yokohama el 20
de octubre de 1955 y se instala en el barrio de Araki-Cho, en
Tokio, pero también viajará por otros lugares en sucesivas
estancias con una curiosidad siempre ávida pero templada,
sin juzgar, ni menos despreciar, lo que transfigura el relato
con el humor, la poética y la finura de un Haiku.
Trufado de una historia del país tan prolija como liviana en
su escritura, esta Crónica japonesa es de obligada lectura para
quien quiera adentrase en la magia y la melancolía de una
cultura milenaria.