BAROSIO,GUIDO
Europa, la proa del mundo, el corazón de la geohistoria, tiene un peso específico tan inmenso desde el punto de vista cultural, filosófico religioso, militar, artístico, económico y político que sus características físicas podrían quedar aparentemente en un segundo plano. Sin embargo, sería un importante error de apreciación porque precisamente en su morfología, al igual que en su posición geográfica, se pueden encontrar muchas explicaciones sobre un proceso histórico único e irrepetible. Observándola desde el aire, o siguiendo sus límites en un planisferio, se ve que su superficie es un tercio de la de África, la mitad de la que tienen América del Norte o América del Sur y un cuarto de la de Asia, por eso más bien parece un apéndice de esta, una gran península que se proyecta sin solución de continuidad hacia el océano Atlántico. Aquellos aspectos que la han hecho importante-un territorio ideal para el desarrollo del género humano- se descubren al indagar en la formidable variedad, al mismo tiempo armónica y diferente, de su geografía y su clima; factores que crearon unas condiciones difíciles, p