VV. AA.
Las maravillas de Egipto nos conquistan a todos de muchas maneras diferentes. En lo que a mí respecta, lo que más me cautiva es la atmósfera mágica que se respira en sus enclaves arqueológicos, una atmósfera que he podido experimentar al vivir durante cuarenta años la emoción de los descubrimientos. Todos cuantos visitan Egipto se quedan fascinados ante el misterio de las pirámides, pero algunos, además, hemos podido estudiar su técnica de construcción. Gracias al descubrimiento de las tumbas de los constructores de las pirámides, hoy día sabemos mucho de la vida y de las técnicas utilizadas por aquellos hábiles especialistas. Ya está claro que cada pirámide representaba un proyecto nacional y que todo el país participaba en su construcción. Por esto decimos que las pirámides han hecho a Egipto. Hoy continuamos descubriendo nuevas pirámides y enfrentándonos a muchos enigmas que permanecen todavía sin resolver como, por ejemplo, las tres pequeñas puertas situadas en los angostos conductos de aireación que hay en el interior de la Gran Pirámide. En Luxor comenzó, hace unos tres mil años, la edad de or