ADOLFO FERNÁNDEZ PÉREZ Y OVIDIO GARCÍA FERNÁNDEZ
El presente libro surge para evitar que el bagaje cultural y mental, acumulado durante siglos en una comunidad rural como Matalavilla, ubicada en el ayuntamiento de Palacios del Sil (León), cayese definitivamente en el olvido. Los autores confluyen en ese objetivo desde enfoques distintos pero complementarios. El resultado es un espléndido trabajo etnográfico, apoyado en una metodología contrastada, en el que se revelan los diversos aspectos de una formación social, elemental y a la vez compleja, que en los años cincuenta y primeros sesenta del pasado siglo se encontraba en pleno proceso de cambio, pero que conservaba casi intactos los rasgos propios de una comunidad rural tradicional.
El sistema agropecuario, asentado sobre un marco geográfico extremo, conseguía a duras penas garantizar la supervivencia de los habitantes del pueblo, pese a la acabada articulación de sus elementos entre sí y con el entorno natural. Las dificultades materiales se habían intentado superar conviertiendo a los hijos en mineros. La casa y la familia, devenida a esas alturas en nuclear, constituían aún el núcleo central del sistema productivo, y, a la vez, de transmisión de los valores tradicionales: el ama se preocupaba de inculcarlos y conservarlos (las enseñanzas del char), aunque fueran precisamente las mujeres quienes se encargaron, cada vez más, de poner esos mismos valores en entredicho. No obstante, el colectivo seguía aferrado a la práctica de la solidaridad intercasal (facenderas, machas, etc), de remotos orígenes e imprescindible para su buen funcionamiento. Por otra parte, los múltiples ritos de paso, creadores de un rico universo mental, cuyo análisis justificaría por sí solo cualquier esfuerzo investigador, se encargaban de romper la monotonía de los ciclos, y, lo que era más trascendente, de potenciar los diversos grados de solidaridad.